"¡Qué dulce Señor, el Espíritu que nos dio" (Sabiduría 12,1).
El cristiano, como resultado de los muchos pecados y delitos y el abandono de las necesidades diarias, tales como el Paráclito del Evangelio, para presentarse al sacerdote para recibir el perdón de Jesús. Entonces el Espíritu Santo viene a tu corazón, como se afirma en la Sabiduría: "¡Qué dulce Señor, el Espíritu que nos dio" (Sabiduría 12:1) y "(...) purifica lo impuro, que el riego es árido, sana lo que está herido, la curva que es duro, caliente lo que está frío y enderezar lo torcido es (...)" (Dalbosco, 1963, p. 628), estableciendo su hogar allí de nuevo, a lo largo de con el Padre y el Hijo.
Faria Marcos Vinicius de Moraes
Bibliografía:
JARUSSI, P. Gerardus. Biblia Ave María. 176 edición. San Paulo: Editora Ave María, 2007.
Gramaglia, el padre. Ireneo; Dalbosco, fr. Pascoal. Misal Romano. 3 edición. San Paulo: Editores de Paulina, 1963.
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