terça-feira, 25 de maio de 2010

Martes de la Octava de Pentecostés

"Ven, toma posesión de su felicidad y su gloria, dar gracias a Dios, que ha llamado el reino de los cielos" (Esdras 2, 36-37).


La vida espiritual se nos da en el sacramento del Bautismo. El Espíritu Santo es "(...) el perdón de los pecados (...)" (Dalbosco, 1963, p. 634), pobre alma, y destruye el pecado con su eficiencia purificadora de gran alcance, como la oración de día: "Mira, Señor, la fuerza del Espíritu Santo, para que limpiar nuestros corazones con la clemencia y defendernos de todo mal" (Dalbosco, 1963, p. 635), haciendo que se introduzca la tapa (la Iglesia) Jesucristo, como enviado del Padre, es el verdadero pastor de todos los muertos (Juan 10, 10-10).

Faria Marcos Vinicius de Moraes

Bibliografía:

Gramaglia, el padre. Ireneo; Dalbosco, fr. Pascoal. Misal Romano. 3 edición. San Paulo: Editores de Paulina, 1963.

JARUSSI, P. Gerardus. Biblia Ave María. 176 edición. San Paulo: Editora Ave María, 2007.

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