La Sagrada Escritura dice con sobriedad de San José: "Era un hombre justo" (Mateo 1, 18). Pero la función que tenía la intención de ayudar a vislumbrar la grandeza de la justicia, es decir, la santidad con la que ornare Dios. Esposo de la Santísima Virgen, la amaba con la pureza tanto como para ser amado por el que decidió ser totalmente de Dios. El padre adoptivo de Jesús, mostró un diseño perfecto para adherirse a las disposiciones más confusa de Dios, acerca de su Hijo. Realizada en el suelo todas las veces que un padre, a la que Jesús podría desarrollar continuamente para revelar a nosotros con un acento como el corazón humano del Padre en el cielo.
La confianza en el poder de la Iglesia de San José ha crecido de siglo en siglo. Cristo providencial protector, también restos de su Cuerpo místico. Parece que él tiene para los pobres que los tiernos cuidados que dispensan a Jesús.
San José era un hombre de fe y dulzura. Su santidad, le ha merecido la gloria de los reyes de la tierra (Eclesiastés 45, 1-6), mostrándole la gloria de Dios hecho hombre.
Abraham creyó contra toda esperanza. José creyó contra toda evidencia y, tranquilizado por la palabra del ángel, hizo un acto de fe en el origen divino del Hijo de María (Mateo 1, 18-21).
"Seré un padre para él y él será para mí un hijo" (II Samuel 7, 14). Tanto el título de la reflexión de hoy como el verso tomado del segundo libro de Samuel se refieren a Dios, y no a San José. Sin embargo, ambos se pueden aplicar completamente a San José, como su principal identidad se deriva de su condición singular y especialmente el padre adoptivo de Jesús, el Hijo de Dios, una condición que va a durar para siempre.
Mayoría de la gente, porque la identidad de sus méritos y cualidades, no por causa de su subordinación a otra persona. Sin embargo, San José se identifica en las Escrituras como "el esposo de María" (Mateo 1, 16), que es quizá el único hombre identificado de esta manera toda la Biblia. Si miramos sólo superficialmente, nos parezca que tal vez San José era un hombre menos y sin identidad, pero a través de María, que estaba conectado a Jesús demostrado de manera inequívoca la grandeza y colaborando con humildad, para lograr el plan de salvación.
Sin duda, hoy en día, el cielo, el humilde San José se regocijan mucho cuando la gente se refiere a él por su relación con Jesús. San José, encontró el sentido de la vida que Jesús vino al mundo (Filipenses 1, 21), y con gran fe (Romanos 4, 16), a condición de su vida a él, sirviéndole con amor y el amor paternal. Al dar su vida a Jesús, San José encontró su propia identidad (Mateo 10, 39).
Así que veamos el ejemplo de San José, vamos a dejar de vivir para nosotros mismos y empezar a vivir sólo para Jesús (II Corintios 5, 15). en que vivimos "la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí" (Gálates 2, 20).
San José, ruega por nosotros!
Faria Marcos Vinicius de Moraes
Bibliografía
Gramaglia, fr. Ireneo; Dalbosco, fr. Pascoal. Misal Romano. 3 Edición. San Paulo: Pauline Editores, 1963.
JARUSSI, p. Gerardus. Biblia Ave María. 176 edición. San Paulo: Editora Ave Maria, 2007.
La confianza en el poder de la Iglesia de San José ha crecido de siglo en siglo. Cristo providencial protector, también restos de su Cuerpo místico. Parece que él tiene para los pobres que los tiernos cuidados que dispensan a Jesús.
San José era un hombre de fe y dulzura. Su santidad, le ha merecido la gloria de los reyes de la tierra (Eclesiastés 45, 1-6), mostrándole la gloria de Dios hecho hombre.
Abraham creyó contra toda esperanza. José creyó contra toda evidencia y, tranquilizado por la palabra del ángel, hizo un acto de fe en el origen divino del Hijo de María (Mateo 1, 18-21).
"Seré un padre para él y él será para mí un hijo" (II Samuel 7, 14). Tanto el título de la reflexión de hoy como el verso tomado del segundo libro de Samuel se refieren a Dios, y no a San José. Sin embargo, ambos se pueden aplicar completamente a San José, como su principal identidad se deriva de su condición singular y especialmente el padre adoptivo de Jesús, el Hijo de Dios, una condición que va a durar para siempre.
Mayoría de la gente, porque la identidad de sus méritos y cualidades, no por causa de su subordinación a otra persona. Sin embargo, San José se identifica en las Escrituras como "el esposo de María" (Mateo 1, 16), que es quizá el único hombre identificado de esta manera toda la Biblia. Si miramos sólo superficialmente, nos parezca que tal vez San José era un hombre menos y sin identidad, pero a través de María, que estaba conectado a Jesús demostrado de manera inequívoca la grandeza y colaborando con humildad, para lograr el plan de salvación.
Sin duda, hoy en día, el cielo, el humilde San José se regocijan mucho cuando la gente se refiere a él por su relación con Jesús. San José, encontró el sentido de la vida que Jesús vino al mundo (Filipenses 1, 21), y con gran fe (Romanos 4, 16), a condición de su vida a él, sirviéndole con amor y el amor paternal. Al dar su vida a Jesús, San José encontró su propia identidad (Mateo 10, 39).
Así que veamos el ejemplo de San José, vamos a dejar de vivir para nosotros mismos y empezar a vivir sólo para Jesús (II Corintios 5, 15). en que vivimos "la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí" (Gálates 2, 20).
San José, ruega por nosotros!
Faria Marcos Vinicius de Moraes
Bibliografía
Gramaglia, fr. Ireneo; Dalbosco, fr. Pascoal. Misal Romano. 3 Edición. San Paulo: Pauline Editores, 1963.
JARUSSI, p. Gerardus. Biblia Ave María. 176 edición. San Paulo: Editora Ave Maria, 2007.
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