terça-feira, 2 de março de 2010

El lenguaje corporal.


"Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos del mal" (Romanos 6, 13)
Nuestro cuerpo o sus partes pueden ser utilizados como armas para bien o para mal. Desde nuestro cabello (echa un vistazo a I Timoteo 2, 9, I Pedro 3, 3, I Corintios 11, 14) a nuestros órganos sexuales. Si pensamos que el poder de nuestra boca y nuestra lengua podemos hacernos una idea de la importancia: pueden servir para anunciar el amor y la verdad, pero también puede reclamar la codicia y el engaño, se puede utilizar para anunciar a Jesús al mundo ni a traicionar, como lo hizo Judas. ¿Cómo no hablar de nuestros ojos: son: "El ojo es la lámpara del cuerpo. Si tu ojo está sano, el cuerpo estará bien iluminada, sin embargo, está en malas condiciones, su cuerpo estará en tinieblas "(Lucas 11, 34). Los músculos de la cara también son importantes porque pueden comunicarse a través de una sonrisa de felicidad y la compasión por mirar el ejemplo, pero también pueden ser instrumentos de odio, la violencia, el miedo y el racismo. No podemos olvidar, sin embargo, nuestra ropa, que pueden ser instrumentos de la igualdad, la simplicidad y la moral, o la vanidad, la lujuria y la arrogancia.

Nuestro cuerpo es una hazaña menor, es el templo del Espíritu Santo (I Corintios 6, 19). Por lo tanto, siempre debemos pedir al Espíritu Santo que nos muestran cómo la usamos para hacerlo único instrumento del amor y la justicia.
Padre, te damos gracias por nuestro cuerpo y nos comprometemos a utilizar sólo en tu servicio.

Faria Marcos Vinicius de Moraes

Bibliografía

JARUSSI, p. Gerardus. Biblia Ave María. 176 edición. São Paulo: Editora Ave Maria, 2007.

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