Espíritu Santo, y aunque es sólo una forma de ser, indivisible, la asignación de cada uno de gracia como le plazca. Y como un tallo seco para conseguir agua, germina, de la misma manera, el alma pecadora que, por la penitencia, es digno del Espíritu Santo produce frutos de santidad. Aunque no más de uno y el mismo modo de ser, el Espíritu Santo, a instancias del Padre en el nombre de Cristo, produce múltiples efectos.
Se trata de la lengua de uno al carisma de la sabiduría, ilustra la mente de los demás con el don de la profecía, esto le da para echar fuera demonios, para lo cual, concediéndole el don para interpretar las Sagradas Escrituras. Fortalece los templanza; los, la misericordia, esto enseña la práctica de la vida ascética y el ayuno, para que, a dominar las pasiones, la otra los prepara para el martirio.
El Espíritu que se manifiesta por tanto, diferente en cada uno, pero no es diferente de sí mismo. Viene tranquila y suavemente. Se experimenta como perfume muy fino, y su yugo no podía ser más claro. Luminoso rayos de luz y conocimiento anunciar su llegada. Aproximaciones a los sentimientos de un protector estranháveis auténticos, por venir a salvar, curar, enseñar, asesorar, fortalecer, comodidad e iluminar el alma del primer destinatario, entonces por la presente, de los demás.
Así que, como alguna vez se movió en la oscuridad, contemplando y recibir la luz del sol en su cuerpo los ojos es capaz de ver claramente lo poco que no se dio cuenta, asimismo, que se ha hecho digno de los dones del Espíritu Santo es encendida en su alma, y de alta sobrenatural, se da cuenta de lo que había ignorado previamente. Mientras que el cuerpo permanece en la tierra, el alma ya tiene en el cielo como un espejo.
La catequesis de San Cirilo de Jerusalén, obispo.
Bibliografia:
Ofícios próprios da liturgia das horas da Ordem dos Irmãos Descalços da Bem-Aventurada Virgem Maria do Monte Carmelo. 2° edição. São Paulo, 2000, p. 176-177.
Se trata de la lengua de uno al carisma de la sabiduría, ilustra la mente de los demás con el don de la profecía, esto le da para echar fuera demonios, para lo cual, concediéndole el don para interpretar las Sagradas Escrituras. Fortalece los templanza; los, la misericordia, esto enseña la práctica de la vida ascética y el ayuno, para que, a dominar las pasiones, la otra los prepara para el martirio.
El Espíritu que se manifiesta por tanto, diferente en cada uno, pero no es diferente de sí mismo. Viene tranquila y suavemente. Se experimenta como perfume muy fino, y su yugo no podía ser más claro. Luminoso rayos de luz y conocimiento anunciar su llegada. Aproximaciones a los sentimientos de un protector estranháveis auténticos, por venir a salvar, curar, enseñar, asesorar, fortalecer, comodidad e iluminar el alma del primer destinatario, entonces por la presente, de los demás.
Así que, como alguna vez se movió en la oscuridad, contemplando y recibir la luz del sol en su cuerpo los ojos es capaz de ver claramente lo poco que no se dio cuenta, asimismo, que se ha hecho digno de los dones del Espíritu Santo es encendida en su alma, y de alta sobrenatural, se da cuenta de lo que había ignorado previamente. Mientras que el cuerpo permanece en la tierra, el alma ya tiene en el cielo como un espejo.
La catequesis de San Cirilo de Jerusalén, obispo.
Bibliografia:
Ofícios próprios da liturgia das horas da Ordem dos Irmãos Descalços da Bem-Aventurada Virgem Maria do Monte Carmelo. 2° edição. São Paulo, 2000, p. 176-177.